La pamplonesa Beatriz Zudaire, base del UCAM Murcia y jugadora de la selección española de baloncesto en silla de ruedas, vivió uno de los momentos más duros de su vida a los seis años,cuando le diagnosticaron una enfermedad neuromuscular degenerativa que solo le permitió caminar hasta los nueve años, cuando tuvo que adaptarse a su nueva realidad, necesitaba una silla de ruedas. 

Zudaire amaba el deporte, y lo más difícil para ella fue tener que dejarlo, aunque no lo hizo por mucho tiempo, comenzó con la natación, pero su verdadero destino estaba en el baloncesto. 

Tras una gran trayectoria en el basket, Beatriz acaba de conseguir el billete a los Juegos Paralímpicos de París junto a la selección española. Esta será la segunda cita paralímpica para ella, que ya estuvo presente en los Juegos de Tokio en 2021.

Empezó en el mundo de la natación, pero decidió apostar por el baloncesto. ¿Cómo fue ese cambio y cómo se decidió a tomarlo?

Yo empecé en la natación por 2013, porque tenía mucho interés en hacer deporte en general, aunque es verdad que a mí me gustaba mucho el baloncesto desde muy pequeña, lo disfrutaba y quería hacer baloncesto, pero la realidad es que en Navarra no había, entonces mis padres y yo fuimos a la Federación Navarra de deporte adaptado, preguntamos las opciones de deporte que había y me dijeron que la que mejor me encajaba a mí era la natación. Me apunte, estuve un montón de años y lo disfruté una auténtica barbaridad porque fue el primer contacto con el deporte, pero en un momento un árbitro de baloncesto, Juanma Uruñuela, en un partido de Basket Navarra se me acercó y me ofreció la oportunidad de jugar a basket, me dio el contacto de varios entrenadores, entre ellos de Lander Lozano, que después fue mi entrenador durante varios años. La decisión de pasar de la natación al basket fue difícil, pero sí ponía en una balanza el deporte, a mí el baloncesto siempre me había gustado.

¿Cómo fue su trayectoria a partir de ese momento?

Yo empiezo en un campus inclusivo que organizaba el club del que después formé parte, Zuzenak, y en septiembre empezaban las temporadas, pero este club estaba en Vitoria, e ir de Pamplona a Vitoria era una cuestión complicada, meterte en la carretera con posibles accidentes, muchas horas, mucho cansancio, no solo para mí sino también para mi madre que era la que siempre me llevaba, era una decisión súper difícil. Al final, Lander Lozano que sabía que yo tenía mucho interés, habló con mi madre y le dijo que iba a haber un campeonato en el que yo participaría y a partir de ahí podríamos decidir. Vino mi familia al campeonato, yo jugué mi primer partido con las escuelas del Zuzenak y la verdad es que la decisión de continuar, por mi parte no había ni que tomarla, pero por parte de mis padres cuando me vieron pues fue increíble, no hubo casi ni debate en casa, me dieron esa oportunidad y en diciembre de ese mismo año me permitieron empezar a entrenar con el primer equipo algunos días , e incluso me llamaron para ir a la selección femenina, donde querían que empezase en dinámica, aunque aún no tenía el nivel, para que unos años después todo fuese más fácil de llevar.

¿Qué significa para usted el deporte?

El deporte ahora mismo implica mi día a día entero, porque todo está adaptado para que yo pueda hacer deporte, para que me organice los horarios y pueda ir . A mí el deporte me da la vida, me da una sensación tan gratificante que cuando acabo todos los entrenamientos lo único que quiero es seguir haciendo este deporte y si algún día pierdo esa sensación lo dejaré de hacer. El deporte ya no es solo la competición, ya no es solo el poder entrenar todos los días y ganarte la vida de una manera, al final el deporte para mí es la oportunidad de levantarte todos los días y saber que estás haciendo lo que quieres, que vas a entrenar y vas contenta, es una sensación que no sé cuántas personas tienen la suerte de poder vivir en su día a día, pero yo estoy muy agradecida, porque es un día a día muy divertido y muy bonito, puedo mejorar personalmente, tengo la oportunidad de llegar a diferentes campeonatos. Levantarte sabiendo que tienes la oportunidad de cumplir un sueño es muy diferente, condiciona tu día a día, pero no te importa. 

Hace unos meses recibió el premio a la Mejor Deportista Femenina Navarra de 2023, ¿cómo lo vivió?

La verdad que no me lo esperaba, sabía que estaba nominada y una semana después de cerrarse las votaciones me dijeron que estaba galardonada. Yo me he criado en Pamplona, yo siento Navarra por mucho que ahora esté en Murcia, que esté viajando por todos lados, para mí Pamplona es mi hogar y Navarra es mi hogar, sentir ese cariño del sitio donde tú te has criado, donde has sido tan feliz tiene un gran valor. Fue un momento súper especial y estoy agradecida por haber podido vivirlo rodeada de mi familia. 

Actualmente juega en el UCAM Murcia, pero también se ha ganado un hueco en el combinado nacional, ¿Cuándo fue su primera vez con la selección? ¿Qué significa para usted formar parte del combinado nacional?

Mi primera vez en la selección fue con 14 años. Lander Lozano que era mi entrenador en el club, era también segundo entrenador en la femenina y les habló de mí. En ese momento la selección ya empezaba a dar pasos hacia delante y estaban buscando gente que viniese por detrás, cada vez que surgía alguien muy joven que tenía esa oportunidad se le daba la opción de poder entrar en dinámica pronto para poder mejorar mucho, engancharse a este deporte y luchar por estar allí. Al principio yo no tenía el nivel, ni los conceptos ni el físico, no tenía nada, pero tenía muchas ganas, así que la primera vez fue muy bonita, fue un contacto con el basket femenino muy divertido. Formar parte de la selección para mí es un regalo que,obviamente hay que trabajarlo, pero te da sensaciones muy bonitas, te vas a campeonatos y sientes sensaciones que no tienes la oportunidad de vivir el resto del año, tienes la oportunidad de representar al país y poder ver a gente a la que admiras muy cerca, es una oportunidad de crecer como jugadora increíble.

Ahora acaban de cumplir un nuevo sueño, se han clasificado para los Juegos Paralímpicos de París tras imponerse a Tailandia. ¿Cómo vivieron la repesca y el partido del sábado?

El cruce, que era lo que iba a marcar el billete a los Juegos Paralímpicos, iba a ser un partido diferente, no más fácil o más difícil porque a un partido cualquier equipo es muy bueno. Sabíamos que teníamos que ganar el máximo de partidos posibles en la fase de grupos, al final ganamos dos de tres y llegamos a Tailandia con buenas sensaciones porque contra Japón hicimos un buen partido, llegamos sabiendo que era un partido muy importante pero que teníamos que tener cuidado con las expectativas porque pueden jugarte una mala pasada. Fue un partido muy bonito de principio a final porque empezamos concentradas y eso dio la oportunidad de que todo el equipo tuviese sus minutos, sus canastas, y como jugadora era un momento muy especial siguiendo un sueño, y al mismo tiempo todo el equipo formaba parte de ese sueño. Era un partido para recordar. 

Se convirtió en la líder del ataque en el encuentro con 21 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias.

Es verdad que llegué al último partido con buenas sensaciones, me encontraba a gusto jugando. Cada vez es más fácil gestionar la presión y la responsabilidad en la pista, aunque no es sencillo. Llegué al encuentro con seguridad y había un pensamiento que todo el tiempo me estaba rondando y que me ayudaba mucho a poder centrarme en competir, y es que hace unos años habría firmado por estar en esa posición, por llegar a ese momento, por poder disfrutar un partido que te puede dar el pase a unos Juegos Paralímpicos.

Esta es la tercera vez que la selección femenina estará en una cita paralímpica, la segunda de forma consecutiva ¿Qué significa para usted la clasificación?¿Cómo se ha vivido en el vestuario?

Tras conseguir la clasificación éramos conscientes pero no del todo, porque ha sido un proceso muy largo. Vamos a disputar los Juegos Paralímpicos ocho equipos y somos muchos en el mundo. Ha sido un proceso difícil, cada vez había menos plazas y se complicaban las opciones de ir, había mucha presión por conseguir volver a clasificarnos, porque ya nos habíamos clasificado una vez, sabíamos que podíamos hacerlo una segunda vez, pero también sabíamos que esta vez sería más difícil porque las plazas eran menos y había que dar un salto de calidad para llegar a estar en esa posición. Tras el partido contra Tailandia que nos daba el billete hubo como una sensación de vacío,nos lo hemos dejado todo pero ahora necesitamos asimilar que está pasando, todavía tenemos que asentarnos en casa y saber lo que hemos conseguido porque a veces es difícil darse cuenta uno por sí mismo.

¿Cómo será la preparación para los Juegos de París?

Ahora mismo no tenemos muy claro cuál es la hoja de ruta porque estábamos muy centrados en la repesca y no hemos podido pensar mucho, pero supongo que el cuerpo técnico sí que tiene organizado cómo van a ser las semanas de entrenamiento. Nosotras todavía no hemos acabado la liga, así que hasta junio estamos con nuestros clubes, y una vez que acabemos a mediados de junio será cuando comience nuestra preparación para los Juegos, que son dos meses.

¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera hasta el momento?

El partido al que guardo mucho cariño, y deportivamente lo disfruté una auténtica barbaridad fue el bronce que ganamos en Rotterdam el año pasado, fue un partido muy bonito de jugar. Los Juegos Paralímpicos de Tokio también son una experiencia muy difícil de olvidar, fueron los primeros y no teníamos nada con lo que comparar. El mejor momento está a medio camino entre ambos, y con la participación este año en París espero poder decir que ese ha sido el momento más especial de mi carrera.

¿Cuál es su próximo sueño por cumplir?

Ojalá algún día podamos conseguir una medalla paralímpica, yo creo que eso sería un broche de oro a una generación que está luchando por el baloncesto femenino, intentando ponerlo donde se merece y siento que hay muchas jugadoras en el equipo que se merecen, que nos merecemos, jugar esos partidos tan bonitos en los Juegos, ese sería mi gran sueño.