El consumo lúdico de cannabis solo conlleva riesgos. Así de claro lo han dejado los responsables del programa Suspertu, de Proyecto Hombre Navarra, que han detallado este jueves que el año pasado atendieron a 103 adolescentes navarros, la gran mayoría de ellos por problemas con el consumo de esta sustancia.

Garikoitz Mendigutxia, director de Suspertu, ha alertado sobre los riesgos asociados al consumo de cannabis en adolescencia, especialmente a edades muy tempranas: "Las edades de inicio son un factor de riesgo importante para el desarrollo de problemas en la edad adulta. Cuanto antes se empieza, hay un mayor riesgo de desarrollar problemas de adicción en el futuro".

Según la última estadística ESTUDES, del Ministerio de Sanidad, en 2023 la edad media de inicio del consumo de cannabis entre los adolescentes navarros era los 14,8 años, aunque Mendigutxia ha señalado que a Suspertu "nos han llegado chicos que rozando los 13, incluso antes de cumplirlos, ya habían empezado con determinados consumos".

El consumo problemático más habitual entre adolescentes

"Hemos visto que mayoritariamente los chicos que vienen es por consumos de cannabis", lo que produce una afectación en cuanto a un "descenso del rendimiento académico, conflictividad familiar, absentismo o abandono de actividades de ocio", ha explicado el director del programa.

El año pasado, el programa atendió a 103 adolescentes y a 245 familias. Un 68,7% de los adolescentes terminaron el programa de manera satisfactoria, el 86,4% en el caso de los procesos iniciados con las familias. La escuela de padres y madres ha mantenido el número de participantes con tres ediciones en 2023 con la participación de 101 familias. También se han realizado actividades en 34 centros escolares y se han impartido talleres a más de 4.200 alumnos, además de charlas con familias a través de apymas y servicios sociales.

Al programa Suspertu llegan mayoritariamente adolescentes (3 de cada 4) con una edad media de 16,5 años, que conviven con su familia de origen y son estudiantes. Un tercio tiene algún tipo de diagnóstico psiquiátrico y presenta alguna incidencia judicial. Además, acuden a Suspertu con un "elevado malestar psicológico", con una "autoestima muy baja" y "bajísima tolerancia a la frustración". Además, se detecta un "deterioro en la relación familiar", en alguna ocasión "con episodios de violencia importante".

La principal sustancia que motiva la búsqueda de ayuda es el consumo de marihuana, con una alta prevalencia de consumo diario, a lo que se suma otros "comportamientos de riesgo" asociados al consumo de drogas como robos o prácticas sexuales de riesgo.

Mendigutxia ha destacado que quienes terminan el programa se van con "una mejora significativa en todas las áreas", tanto a nivel personal, en el ámbito familiar y escolar, y con un abandono o reducción en el consumo de marihuana y el resto de comportamientos de riesgo.   

PRohibición del consumo en menores

Mendigutxia ha citado un estudio internacional realizado el año pasado sobre el consumo de cannabis que concluye que el uso lúdico de esta sustancia entre la población general "sólo supone riesgos" y aboga por su prohibición en menores de 25 años.

Un joven fuma un cigarro de cannabis. Unai Beroiz

Según señala este estudio, la marihuana es "un claro factor de riesgo para el desarrollo de psicosis, esquizofrenia o trastorno bipolar", enfermedades que se pueden presentar "incluso desde un único consumo en determinadas personas".

De la misma manera, "desmonta el mito muy extendido" de que el cannabis no provoque adicción y advierte de los riesgos de su consumo durante el embarazo, pudiendo provocar "problemas en el desarrollo del feto", así como durante la conducción, alterando la capacidad de reacción y pudiendo "duplicar el riesgo de sufrir accidentes".

El estudio sí reconoce algunos beneficios pero para "enfermedades muy concretas" como la epilepsia, el dolor crónico o en tratamientos de quimioterapia" pero "el uso lúdico sólo tiene riesgos".