Osasuna, por los motivos que se quieran, no está haciendo bien las cosas en los últimos encuentros y la paupérrima actuación frente al Granada (3-0) ha dejado al equipo tocado, o por lo menos, debería haberlo hecho porque semejante imagen impropia no debe caer en un olvido rápido. La temporada, sin embargo, ha adquirido un anticipado tono crepuscular nada bueno. La anunciada marcha de Arrasate y la consecución del objetivo de la permanencia -la salvación matemática además se ejecutó ayer con la derrota del Cádiz en el Bernabéu, con cinco jornadas de antelación- parece que están contribuyendo a este clima que, de todos modos, tiene solución inmediata si hay actitud y un cambio general. La despedida del último proyecto de Arrasate en el conjunto navarro merece otra recta final, como también se lo merecen los jugadores y por supuesto los aficionados. 

Porque se han enredado las cosas, Osasuna se ha buscado ante el Betis un examen en el que tiene que superar todas las pruebas que se ha auto impuesto un equipo que lo hizo rematadamente mal en su último partido –un encuentro indigno dijo Arrasate– y que también fue muy frágil en el anterior para sufrir una remontada –dos goles en cuatro minutos no habla muy bien de la concentración–. Los rojillos ponen a prueba su capacidad de reacción y también su amor propio, aspectos que importan mucho para cuidar la imagen como jugador.

Los problemas en forma de lesiones han aumentado en las últimas semanas y Osasuna parece que está obligado en los últimos tiempos a andar con lo justo. Arrasate ha tenido que realizar una convocatoria de mínimos, con tan solo quince jugadores de campo. Las lesiones de Kike Barja, Ante Budimir, Aimar Oroz, David García y Moi Gómez han obligado al técnico a mirar con cuidado al filial, que también tiene un partido importante este fin de semana, y ha convocado a Xabi Huarte. El centrocampista realizó la pretemporada con el primer equipo y se lesionó de gravedad precisamente en el último encuentro de preparación del nuevo campeonato. La fatal rotura del ligamento cruzado le hizo reaparecer con el filial a principios del mes de marzo. Arrasate dijo que cuenta con el canterano, futbolista versátil y eléctrico, porque le ofrece garantías. En la rueda de los cinco cambios, tiene muchas posibilidades de debutar.

Con los papeles más o menos repartidos, la única duda es la que plantea el relevo del último lesionado, Moi. La segunda línea detrás de Raúl García parece que obligatoriamente va a contar con algún perfil nuevo, por lo menos no muy habitual en las alineaciones.

El Betis llega a El Sadar con la importante baja de Isco Alarcón sancionado por la tarjeta que vio ante el Sevilla, y también la ausencia por lesión del delantero con el que había contado en los últimos choques ligueros, el congoleño Bakambu. El Chimy Ávila, el ex delantero rojillo fichado en el mercado de invierno, no se reencontrará con su equipo tras estar lesionado desde hace varias semanas. Clasificado en séptima posición, que da derecho a jugar la ronda previa de la Liga Conferencia, el conjunto sevillano tiene claro que su objetivo es viajar por Europa y no va a ser un invitado a la hora de comer.