Soy una firme defensora de los derechos y libertades, pero siempre he pensado que mis derechos terminan donde empiezan los del resto. Podríamos aplicarlo a muchos ámbitos pero ahora quiero hacerlo al que me lleva haciendo sufrir a mí y a los míos durante muchos días. En mi familia hemos querido siempre mucho a los animales en general y en particular a los perros. En mi caso los considero mejor que algunas personas y es por ello que verlos sufrir me duele muchísimo. Llevo años viéndolos sufrir durante todas la celebraciones en las que no sé por qué tiene que haber petardos. Algunas personas lo justifican diciendo que “siempre se han tirado” creo que es hora de dejar de hacer lo que vulnera derechos de otros, ¿queremos avanzar o quedarnos anclados en costumbres sólo porque así lo lo son dañen a quien dañen...? En este punto podría poner muchos ejemplos pero me voy a limitar al que me lleva haciendo sufrir tantos días.

El día 3 de mayo en mi pueblo eran fiestas y, cómo no, había que tirar petardos (en algunos casos, más bien, son bombas). Mi perrita, como cada vez que oye petardos, se asusta pero esta vez por la intensidad, la casualidad, etcétera, hizo que se escapara con tal pavor que nos ha sido imposible encontrarla hasta hoy.

He perdido a un miembro de mi familia (en este caso de raza canina) y no lo he perdido sin más, lo he perdido con la incertidumbre de no saber cómo ha estado o está, cuánto ha sufrido o si lo sigue haciendo y un largo etcétera que me hace insoportable estos días y noches. Por favor, reflexionemos un poco y divertirse sí, pero no a cualquier precio.

Hay muchos seres que sufren con esta arcaica costumbre (animales y también personas). Que el sufrimiento no sea en vano...