Mari Román, Alicia Díez, Conchi Bengoetxea y María Luisa Zufiaurre, por orden de edad, son cuatro veteranas comerciantes de Altsasu, grandes profesionales del sector a las que Sakanako Dendari, Ostalari eta Zerbitzuen Elkartea homenajeó hace unos días en la fiesta del comercio de Altsasu. “Por toda una vida dedicada al comercio y a mejorar al bienestar de este colectivo”, destacaron. Lo cierto es que méritos no les faltan. Y es que son cuatro mujeres que han sacado adelante un negocio a la par que a sus familias. Además, en todos los casos, han transmitido esa pasión por esta forma de vida a sus hijos e hijas, que han seguido sus pasos.

En el caso de Mari Román, de Tu Tienda, son tres. Su hija Maru García sigue en el establecimiento de siempre, centrado en la moda, y sus hijos Gorka y Julio, en Izara, especializada en el ámbito del hogar, y Arkupe, de muebles y colchonería, respectivamente. “Al principio vendíamos de todo. Si no lo teníamos, lo encargábamos”, recuerda esta malagueña de nacimiento, en Alcaucín para más señas, pero altsasuarra de corazón. Llegó a la villa en 1958, después de pasar por Ordizia, en donde se instaló tras su boda con Sebastián García. “Mi marido, junto con un hermano y un cuñado, tenían un comercio y también se dedicaban a la venta ambulante. Venía a Alsasua en tren con una bici y un gran cesto. Decidieron repartirse la zona y venimos aquí”, recuerda Mari Román, de 88 años. Un año después abrieron Tu tienda, en la calle General Mola, en la actualidad Gartzia Ximenez, el mismo lugar en el que continúa Tu Tienda especial, que añadió el adjetivo tras una reforma y ampliación.

En una localidad con gran crecimiento demográfico, 10 años después, abrieron una tienda de muebles. “Hemos sido muy atrevidos pero gracias a Dios, nos ha ido muy bien”, cuenta , orgullosa de que dio trabajo a sus siete hermanos, a quienes da parte de este mérito, así como a las dependientas que han pasado por su negocio.

ML MODA

Tres de los cuatro hijos de María Luisa Zufiaurre también continúan sus pasos. Kristina y Leire González están al frente de ML Moda Mujer y su hermano Asier en ML Moda Hombre. Cuando la palabra emprendedora apenas se utilizaba, María Luisa Zufiaurre, modista de profesión, montó en 1982 una tienda de telas, a pesar de la oposición de su entorno. “En casa me lo querían quitar de la cabeza”, recuerda. Muchos años después, en 2019, recibió el premio a la mejor experiencia empresarial femenina.

Desde un principio aquella aventura fue un éxito, en parte porque a la venta de tejidos se sumaba que cortaba y probaba. “Llevaba mucho trabajo a casa y a veces me daban las mil. Toda la familia en la cama y yo cosiendo. Y cuatro hijos. No sé cómo me arreglaba”, observa. A la carga de trabajo se unió que cada vez se cosía menos, lo que le animó a dar el paso a la moda confeccionada.

“Hay que trabajar mucho para salir adelante pero estoy muy contenta”, cuenta esta altsasuarra de 75 años. Lo que no le gusta es que no pueda ayudar en las tiendas y solo pueda ir de visita. “No nos dejan hacer nada. Un día les llevé verduras de la huerta y para que no estorbaran, las dejé detrás del mostrador. Justo en ese momento apareció una inspectora. Hay veces que clientas me piden que les asesore pero ya les digo que no puedo hacer nada”, lamenta. Mujer activa, le costó jubilarse y adaptarse a una vida más tranquila. “Ahora voy a gimnasia y a la Universidad de adultos”, apunta.

CALZADOS BENGOETXEA

Unos antes, en 1975, Conchi Bengoetxea, de 81 años, puso en marcha junto con su marido, Juan José Igual, Calzados Bengoetxea, pocos después de llegar de Australia. “Mi padre emigró de niño con sus padres. Una vez que volvió al pueblo le conoció a mi madre. Se casaron y se fueron Australia”, resume Arantxa, segunda generación en el negocio. Allí nacieron dos de sus hijas, ella y su hermana. “Mi madre quería que nos conocieran mis abuelos. Pero pensaron que si volvían, era para quedarse”, observa. En pleno boom demográfico, vieron que había poca oferta de calzado y se decidieron a montar una tienda en la Travesía Intxostia. “Los dos se apellidaban Bengoetxea, mi padre el segundo, y decidieron ponerle ese nombre”, recuerda Arantxa.

LOREA

También es una mujer activa Alicia Díez, que dedica sus mañanas a la ONG Madre Coraje. En 1981 puso en marcha junto con Pedro Barcenilla Herboristería y floristería Lorea. “Pedro había visto una tienda similar en Beasain y nos animamos. No teníamos ninguna experiencia”, recuerda. Era algo novedoso en la villa, tanto cada actividad por separado como juntas, y funcionó. De hecho, es la misma fórmula que siguen sus dos hijas, Cristina y Marta Diego, que cogieron las riendas del establecimiento hace 21 años tras su jubilación. “Estoy encantada de que sigan. He estado muy a gusto en la tienda. Muy agradecida a Alsasua y los pueblos de la zona”, destaca.

Lo cierto es que estas cuatro mujeres coinciden en expresar palabras de agradecimiento hacia su clientela, tanto de Altsasu como de la zona. “Gracias a ella estamos aquí”, inciden.

Las cuatro son exponentes del pequeño comercio, un sector en el que que han tenido que hacer frente a años difíciles, de crisis económica, de irrupción de las grandes superficies y de cambios en los hábitos de consumo. Pero ahora sus hijos e hijas se enfrentan a nuevos retos, sobre todo las ventas por internet, una competencia feroz pero que también puede ser una oportunidad. Su receta, mimar al cliente.