Dinamarca no había conseguido clasificarse para la Eurocopa del 92 pero la guerra de los Balcanes impide la asistencia de la selección yugoslava que desaparece definitivamente y por eso el combinado danés acude como invitado al evento. Con algunas dosis de suerte y mucho esfuerzo consiguen plantarse en la final que se celebra en Gotemburgo el 26 junio de 1992. Michael Laudrup, en desacuerdo con la táctica defensiva de Nielsen, no participa en la selección que se asienta como principal figura en el portero Schmeichel.

La todopoderosa selección de Alemania, campeona del mundo, sufre los efectos de la táctica ultradefensiva danesa y termina perdiendo la final en un par de jugadas de contraataque, Dinamarca no tiene reparos en ceder balones desde el centro del terreno a las manos de su portero una y otra vez dificultando así el desarrollo del partido.

El mundo del fútbol se escandaliza ante esta actitud y pocas fechas después IFAB incluye en las Reglas de Juego la prohibición de que el portero toque el balón con las manos cuando le ha sido cedido de manera voluntaria por un compañero con el pie. El cambio obliga a los porteros a desarrollar habilidades que no habían necesitado hasta entonces y los Sempere, Zubizarreta, Ochotorena, se quejen amargamente de ello.

La FIFA mantiene su apuesta, que hoy nadie discutiría, y la amplía a la cesión en el fuera de banda en el año 1997.

La prohibición es para pases voluntarios que se efectúan con el pie o el tobillo, no se refiere a rebotes o pases sin dirección ni tampoco a los que puedan producirse con la cabeza, la rodilla o la espinilla.

Se previene de los inevitables “listillos” y dictamina que si un jugador levanta con el pie el balón para cederlo con la cabeza o se agacha para impulsarlo con la rodilla se considerará que intenta burlar el espíritu de la regla y se le sancionará, por conducta antideportiva, con una amonestación y un tiro libre indirecto independientemente de que el balón sea o no jugado por el portero.

Puede que sea menos conocida y desde luego más reciente esta disposición: Si el portero intenta despejar el balón con el pie pero lo hace tan mal que le vuelve hacia él o bien falla en su intento de alejar la pelota se considerará que ha cumplido y podrá jugar el balón con la mano sin incurrir en infracción.

*El autor es Responsable de Formación del Comité Navarro de Árbitros