En la Sierra de Urbión, en Soria, palpita el corazón oscuro de La Laguna Negra, que soporta una leyenda que le conecta con lo desconocido, con las aguas negras, sin luz, de las profundidades. Posa sobre la laguna aquello que dejó escrito Antonio Machado en su obra, La tierra de Alvargonzález.

La Laguna Negra “que no tiene fondo, o que en sus profundidades se oculta una criatura que devora a todo aquel que se sumerja en ella”. La criatura que todo lo devora es Demi Vollering, más líder al acabar el día a pesar de que sobre la corona le rebasó la francesa Évita Muzic, que le sostuvo el pulso y le derrotó en el duelo definitivo.

Algo inesperado. Inopinado. Nada que duela a Vollering, que fortaleció su estatus estableciendo un férreo control. Madrid está más cerca para Vollering, el orgullo herido en La Laguna Negra. A pesar de mascullar la remontada de Muzic, la neerlandesa subrayó el maillot rojo porque desfondó a Longo Borghini, su única amenaza.

Más líder

La italiana, ahora a 56 segundos tras conceder una veintena, resistió hasta que Vollering apretó algo más en el tramo más arisco y se quedó sin aire. La neerlandesa propuso una subida escalonada, a trompicones. Extraviada, sin hilo táctico de su equipo, eso le confundió.

Aceleraba y frenaba. Un punto conservadora. Lo suyo es el ritmo sostenido, un proceso de asfixia lenta pero implacable. Letal. Probablemente, el cambio de registro le ajustició en meta porque Muzic, más burbujeante, pudo oxigenarse para descorcharse con una estupenda victoria. Dio vida a sus rivales Vollering. Careció de la chispa para quemar a la francesa, resistente hasta el fogonazo final.

La Laguna negra posee la literatura de la fatalidad, de la tragedia, pero el paisaje hace de contrapeso y eleva el espíritu de la contemplación y la imaginación camino del acceso a La Laguna Negra (6,5 kilómetros al 6,8% y el kilómetro y medio final con una media del 9%), una formación de origen glacial.

Extraña táctica

Entre las hayas, la luz tenue reverbera su delicadeza en sus hojas verdes, y los pinos altos, egregia figuras, oscuros centinelas, deletreaban el camino de la Vuelta femenina en un asfalto gris, sin maquillar, agrietado. Como la estrategia del SD Worx, el equipo de la líder, al descubierto.

Allí llegaron las mejores en una ascensión extraña porque Vollering optó por otro método en soledad. Encabezó y elevó su figura, pero giró el cuello y amainó el caudal de vatios de sus piernas porque no había rastro de sus compañeras. Muzic, Kastelijn, Longo Borghini y Markus se sostuvieron en ese ritmo espasmódico. Tirones y jirones. Control.

Cuando la subida entró en las rampas de mirada torva, Vollering reclamó su manual de estilo. Se lanzó hacia la laguna sin fondo de agua tranquila y negra, reflejo de las rocas. El resto se fue disgregando, descascarilladas por la secuencia marcial de la neerlandesa.

Solo Muzic se agarró a la líder, que no logró zanjar el debate con la francesa, colgada del retrovisor hasta que se puso de pie por el ángulo muerto y rebasó a Vollering. La burbujeante Muzic se descorcha con éxito en La Laguna Negra.

La Vuelta femenina

Sexta etapa

1. Évita Muzic (FDJ) 4h10:20

2. Demi Vollering (SD Worx) a 2’’

3. Yara Kastelijn (Fénix) a 15’’


General

1. Demi Vollering (SD Worx) 17h20:01

2. Elisa Longo Borghini (Lidl) a 56’’

3. Riejanne Markus (Visma) a 1:14